Muchos estudiosos del arte se han preguntado durante años como Leonardo da Vinci conseguía dar ese toque de realismo y perfección a sus retratos. Se sabía que su principal punto de apoyo era la técnica del esfumato, que consiste en difuminar sutilmente los bordes para dar una sensación de profundidad única a la pintura. Se cree que el propio Leonardo da Vinci fue el inventor de esta técnica, y en La Mona Lisa(La Gioconda) es donde la lleva a su máximo exponente.
Un grupo de investigadores han examinado minuciosamente varias obras del artista, mediante luz ultravioleta, y han llegado a la conclusión que para lograr el efecto en sus obras, da Vinci tuvo que aplicar capas de pintura de tan solo uno o dos micrómetros. Con esto consiguió crear capas de pintura traslucidas, consiguiendo unas transiciones entre tonos realmente suaves y que combinadas con el esfumato hacen a sus obras únicas.
Vía Muy Interesante.
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